20 abril
Una pequeña reunión donde chocan las tazas, los pastelillos sufren variaciones de posición y forma, el envoltorio musical es de maravilloso regalo de reyes, y lo mismo crujen las risas que saltan los pistachos.
Una pequeña mesa es el centro de tan sublime festejo. Las historias entrelazan recuerdos nuevos y antiguos, hilados con nostalgias finas y sonrisas amortiguadas, no te sueltes la mano, que tu vientre también sabe reir a carcajadas...
Una pequeña caja de bombones, de los que guardan una gran dulzura.
Todos diferentes, todos únicos.
La amistad se regodea entre lo pequeño y lo infinito.
La felicidad anida entre los pliegues pequeños de la ropa del sofa.
Si, ese animalillo inquieto que nos sube hasta lo alto, que se hace una madriguera entre nuestro pelo y los ojos. Que se mueve suave para que sepas que está ahí y que no lo vayas a perder en algún salto de los tuyos, que ya nos vamos conociendo ¡¡¡
La pequeña excusa se ha convertido en un enorme agujero que nos ha tragado vivos esta tarde, y cayendo, y cayendo nos hemos ido desprendiendo de los achaques y tristezas del día y la vida. Y cayendo, cayendo, nos hemos intercambiado de camisa por unos instantes, y desabrochado