2.22

Las 2.22.... seguro que soy la única despierta en el barrio. 
No veo luces, ni escucho más que mi batir de teclas. Los grillos hoy están apagados, igual que el ave que grita cada noche reclamando su territorio. Todos andan de resaca tras la noche agitada de ayer. 

Apenas si susurran las hojas del árbol que ya rozan el tercer piso. 

La calma lo inunda todo. 

Y eso me anima a seguir despierta, a respirar este ansiado frescor que añoro durante toda la jornada. El calor me agota, me asola, me esquilma...soy como un campo de batalla en donde se ha derramado mi sangre, mis sueros, mi propio yo, derretido y vertido en cada grano de arena y luego evaporado al infinito. 

Quizá parte de mi cuerpo forme parte hoy de alguna nube viajera, y mañana o pasado mañana, mis vapores convertidos en preciada agua se viertan sobre algún desierto seco y ardiente, o en alguna sierra sobre árboles y plantas....me consuela....al menos no todo se pierde en verano: líquidos, actividades neuronales, alegrías, penas, amigos por los caminos.....

La Ventolera

El aliento grave de la tierra golpea mi ventana con fiereza, enfadado imagino por tanto desaguisado, ofuscado por la pena o por la ira, ambas van acumuladas en  las rachas tibias que azotan los edificios, queriendo hacerlo sobre las conciencias a las que aún no llegan, impermeables y ariscas.

Metiéndo miedo, como un pequeño matón de barrio, tirando trastos y revoloteando bolsas y papeles. Enrrabietado consigo mismo, con los árboles y las antenas de tejados aún mojados. Alentado aliento sobre las hierbas, peinando arbustos y plantas, calando insectos y pajarillos. Traspasando los pensamientos de aquellos que tras los cristales, aún con la boca entreabierta y soñolienta, buscan la brisa matutina con la incredulidad a flor de piel, justo antes de que se la lleve el viento que atraviesa la casa y los corazones, mordiéndo, apretando ....desangrando la calma

Banco a la deriva...

El pobre y desvencijado banco de pocas patas, triste y parado ha quedado olvidado. Su forma aún destaca en el perfil a contraluz, pero hunde sus maderas en la tierra seca, crujen sus recuerdos al peso de las horas.
Una vez fue joven, de tiernos brotes y espíritu dulce y amigo. Hubo un tiempo para él, para los demás que se acercaban a descansar, ya pasado ...
.....lo recuerda aún.
Lo añora.

(Siento que naufraga...)
No son las olas como bocas o frías lenguas las que nos tragan, sino la noche de soledad.
El vaivén que antes nos mecía ahora marea, y me desconcierta la serenidad extrema del viaje.... en la oscuridad no existen referencias...por dónde queda el norte? alguna lo habeis encontrado ya? yo prosigo la búsqueda....)