FRAGILIDAD

Qué rápidamente y con qué facilidad puede cambiar la vida. 
 Es la fragilidad que se esconde en cada átomo de materia; esa chispa que salta de una neurona a otra siempre con la posibilidad de perder el paso o de olvidar el camino y caer en el abismo.

La fragilidad se nos presenta de perfil; en la mano que muestra trae esa posibilidad de que ocurra una transformación imperceptible y casi instantánea que extenderá sus redes de forma contundente e imparable. Por la otra mano, oculta, va resbalando de entre sus dedos toda nuestra vida, hilo a hilo, gota a gota, sin freno, sin sentido del tiempo. El mundo se ralentiza y va decelerando hasta que se detiene en un instante y se rompe.

Siempre está presente, la llevamos puesta ya al levantarnos y nos sigue, agazapada en nuestra sombra todo el día. Nos mira desde el otro lado del espejo y se ríe desde la otra acera al cruzar cada semáforo. Nos habla en el rumor del viento, nos mira reflejada en los escaparates, y se sienta a nuestra mesa y come de nuestra mano. No es amiga ni nos conoce, pero nos acompaña a nuestra casa cada noche. Y al cerrar los ojos para soñar nos roza suavemente y comparte nuestra almohada.